El pasado martes 26 de marzo la comunidad de nuestra Facultad participó de una actividad en la que se agregaron al mural del aula 108, de la sede Puan las fotos de las y los docentes desaparecidos durante la última dictadura cívico militar. Esta política forma parte de los resultados del trabajo de la cátedra libre de DDHH durante sus 30 años de existencia.
AQUÍ pueden consultarse sus nombres y sus fotos
La coordinación del evento estuvo a cargo de Josefina Martínez, directora de la carrera de Ciencias Antropológicas e integrante del equipo de Antropología Política y Jurídica. En la apertura, Martínez explicó que
En cada uno de nuestros trabajos de investigación emergen con fuerza las historias locales, los efectos de la represión en la vida cotidiana, el impacto que esas desapariciones tuvieron en las comunidades, las memorias y los olvidos ¿Por qué hago mención a esto? Porque lo que estamos presentando, hoy, aquí, me parece, se inscribe en esa serie.
En esta ocasión, Graciela Daleo, integrante de la Cátedra Libre de DDHH comentó los sentidos políticos de la tarea del Programa Universidad y Dictadura en la actualidad de nuestro país. En su intervención expresó
Este inmenso panel que nos acompaña desde el año 2011, en realidad no es la primera reconstrucción. Detrás del panel, casi como un elemento arqueológico, hay otro mural. Otro mural escrito, estampado sobre las paredes de la 108 que pintaron familiares y estudiantes, docentes, nodocentes en el año 2001. A partir de la inauguración del mural actual en 2011, el Programa, la Facultad y la Cátedra continuaron con el compromiso de construcción de la memoria y la historia de los miembros de la comunidad de Filo.
Daleo también agregó que
Cada vez que incorporamos un nuevo nombre sentimos una sensación profundamente paradójica. Por un lado nos alegra, encontramos otro compañero, otra compañera que podemos darle imagen, voz, historia; pero también es paradójico porque implica el dolor de decir otro integrante de la comunidad fue desaparecido por el estado de terrorista.
Por su parte, Inés Vázquez coordinadora del OBUVI explicó el rol de nuestra Facultad en tanto querellante en las causas de lesa humanidad que investigan la desaparición de integrantes de la comunidad educativa de Filo
Reflexionemos sobre qué implica hacia adentro de la comunidad educativa el rol de Filo como querellante. Significa, pues, que esas personas faltan también en esta comunidad, como parte de sus relaciones sociales, afectivas, laborales y políticas impactadas por el terrorismo de Estado. Por lo tanto, también significa que esas personas forman parte de ella. Parece obvio decirlo, pero hace falta, cuando el contexto político retuerce desde el propio Estado, nuestros acuerdos de convivencia más básicos.
Vázquez además, invitó al auditorio a reflexionar sobre el contexto actual
Querellar también es disputar. En nuestro caso, disputar sentidos. Y con ellos, construir memorias. Las memorias que parecen hablar de hechos lejanos y pasados, siempre se juegan en el presente. Este domingo 24 de marzo, Filo marchó con las fotos de nuestras y nuestros compañeros desaparecidos y asesinados por la dictadura, reclamando presupuesto universitario, universidad pública para todes, continuidad de los juicios de lesa humanidad y respeto a los derechos humanos, comenzando por el derecho al alimento, la salud, el trabajo. Por eso sus fotos no fueron solo memoria en nuestras manos, fueron, son, somos, una urdimbre de vidas que no cesa de tejerse, en las calles y en las aulas.
Finalmente, Susana Skura del Área de Investigaciones en Judeidad y Artes del Espectáculo (JADE) presentó la proyección del video "Puan, el lugar y la memoria. Una experiencia de investigación-creación".
También, estuvieron presentes las autoridades de la Facultad, representantes de organismos de DDHH, representantes gremiales, docentes, nodocentes y estudiantes de Filo.
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