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PUBLICADO EL
14.02.2018
Declaración del OBUVI: "El lenguaje de la muerte"

Buenos Aires, 7 de febrero de 2018

El lenguaje de la muerte

El permiso para matar, por la espalda o de frente, con balas y uniforme del Estado, es una puerta abierta al infierno que el gobierno de Cambiemos abre como un abismo ante el pueblo y la sociedad argentina. 

La ferocidad discursiva impuesta desde la Casa Rosada, se afirma en los gestos de respaldo del presidente hacia el criminal policial, que a su vez alimentan la saña represiva de los medios de comunicación que día a día, acogen la justificación y programación del crimen estatal y el silencio, chito, a toda crítica que exprese el desacuerdo ético, religioso, político, jurídico o de la  índole que fuera, a la humillación de la vida y la justicia.

Es la pena de muerte -ilegal en nuestro país, rechazada por una historia de luchas y convicciones del movimiento de derechos humanos argentino, que nos sigue enorgulleciendo-. Es la muerte liberada desde el discurso, los gestos y las políticas del poder gubernamental vigente. 

Si con nuestras presas y presos políticos de creciente número y color opositor, pasamos a estar todo/as y cada uno/a en libertad condicional, con las muertes (y heridas y mutilaciones) emanadas de la acción de agentes estatales, pertrechados moral y materialmente para infligir esos daños atroces, en los últimos siete meses pasamos a estar, de manera muy efectiva a la par que azarosa y cotidiana, con nuestro derecho a la vida entre paréntesis, condicionado, sea que nos encontremos de espaldas o de frente. Con delito o en ausencia de él. Sin reparo ante la atrocidad del gobierno, que no por elegido en las urnas podrá siempre llamarse democrático. Ni soportarse sin decir ni hacer pío.

¿Reconocemos este paisaje aterrador? Los señores de la vida y de la muerte -efectivos en palabras, gestos y crímenes de lesa humanidad- enternecen con su vejez al entorno y al corazón mismo de Cambiemos. Son sus referentes. Macri y su alianza de gobierno hará todo por liberarlos y reivindicarlos. Y una parte importante de ese todo, es el abrazo al asesino reciente, al cobarde que dispara sobre quien huye, catapultado a ejemplo y honor para la Fuerza. 

Sobre el declinante clima social, desvanecidos los globos y la ilusión; en medio de un descalabro económico que ya no encuentra veladuras locales ni salvatajes externos; se avecinan en el corto plazo tres movilizaciones clave para la recomposición de las fuerzas populares: el acto de las organizaciones sindicales del 21 de febrero, el paro de mujeres con movilización del 8 de marzo, el acto en repudio al golpe de estado del 24 de marzo de 1976. Serán jornadas fundamentales para vencer los terrores sembrados por la Doctrina Bullrich y sus múltiples realizaciones de los últimos tiempos. Las luchas de trabajadores y trabajadoras, del movimiento feminista, la larga batalla por memoria, verdad y justicia del movimiento de derechos humanos, nutridos todos ellos de las diversas expresiones políticas y sociales de nuestro pueblo, vuelven a enfrentar la represión a la protesta, el crimen de la exclusión, la indignidad de la discriminación, la vergüenza de la impunidad para los genocidas. 

Desde el gobierno que ve al pueblo, de frente o de espaldas, como un blanco donde impactar sus cartuchos nuevitos, su desprecio antiguo, su saqueo renovado, solo se balbucea el lenguaje de la muerte. Nuestras voces, en tanto, son millones, se mueven y claman; y aunque quedara sólo una de ellas, por allí se filtra la vida y sus palabras y gestos y acciones. Por allí adviene lo que siempre lucha y transforma la historia. 

Observatorio Universitario de la Violencia Institucional - Facultad de Filosofía y Letras, UBA