OPERATIVO DEL GRUPO DE TAREAS DE LA CORTE SUPREMA DE LA NACIÓN

El Comité por la Libertad de Milagro Sala de la Facultad de Filosofía y Letras expresa su total repudio al fallo emitido por la Corte Suprema de Injusticia que acaba de convalidar la condena a Milagro Sala y a integrantes de la Tupac Amaru en un paso más de la estrategia de demolición de las organizaciones populares que lleva adelante el gobierno de Jujuy.

Milagro Sala fue condenada en 2019 en el juicio bautizado “pibes villeros”. De los treinta cooperativistas que estaban procesados, diez fueron absueltos por el beneficio de la duda.

"No se trata de procesos judiciales, se trata de una revancha política contra la felicidad de un pueblo”.

En esta frase se sintetiza el núcleo de esta constante en tantos fallos judiciales: no importan los hechos, no importan las pruebas. Lo que se persigue desde el aparato judicial combinado con los partidos empresariales neoliberales es anular toda forma de organización popular que defienda los derechos del pueblo y que sea capaz de construir herramientas con las cuales mejorar sus condiciones de vida.

La utilización del Poder Judicial para la persecución política es una de las marcas registradas del accionar que la alianza Cambiemos convirtió en política cuando asumió el poder en diciembre de 2015, y enseguida puso en ejercicio en Jujuy con la persecución a la OBTA y en especial a su líder Milagro Sala. Política que sostuvo durante sus cuatro años de gobierno y que continúa hoy, contando con la participación activa de gran parte del Poder Judicial, empezando por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y las grandes empresas de comunicación. Día a día verificamos que son jueces y fiscales quienes se han arrogado la suma del poder pasando por encima del Poder Ejecutivo y del propio Congreso. 

La causa fabricada a la medida de los intereses de Morales y las grandes patronales jujeñas, llamada “pibes villeros” puede leerse casi en paralelo con la que se desarrolló en los tribunales de Comodoro Py conocida como “Causa Vialidad”. Milagro Sala fue acusada de “liderar una asociación ilícita y de defraudar al Estado con la construcción de viviendas”. Lectura casi en paralelo, insistimos: por la acumulación de pruebas fabricadas, acusaciones que al remitirse a los hechos denunciados se verifica que no tienen sustento, la caracterización de cooperativas de trabajo que concretaron con recursos legalmente otorgados por el Estado obras materialmente verificables, como asociaciones ilícitas… Indisimulable correlato con los falaces argumentos desarrollados por el fiscal Luciani en la causa “Vialidad nacional”,  también construida sobre esa figura , “defraudación al Estado” y “asociación ilícita”, de triste memoria en nuestra patria, pues fue esa difusa figura –asociación ilícita- la que se utilizó para perseguir, encarcelar, someter a tormentos, incluso desaparecer a miles de argentinos que se organizaron como actores políticos, sociales, gremiales, estudiantiles, para construir  una patria justa, libre y soberana.

Como “una pistola en la cabeza de la militancia popular” calificaron integrantes de la Tupac a este fallo de la Corte Suprema, que no por esperado deja de ser aberrante.

“Todos mis compañeros y yo somos inocentes. No robamos nada y no es casualidad que nuestras obras sean reconocidas internacionalmente (...) Hoy ustedes, señoras juezas, como mujeres y trabajadoras, pasarán a la historia por lo que ustedes decidan, sea para bien o para mal”, les recordó Milagro a las integrantes del tribunal, cuando la condenaron en 2019. Estos cortesanos pasarán a la historia como una pieza más de la política de odio y represión contra los sectores populares de Poder Judicial empeñado en destruir todo signo que exprese construcción solidaria y fraterna. Sus palabras entonces trajeron un eco de aquel “La historia me absolverá” pronunciado por el revolucionario Fidel Castro hace más de medio siglo.

Firman el fallo los cuatro cortesanos: Rosatti, Maqueda, Rosenkrantz y Lorenzetti, siguiendo la senda ya marcada por el procurador Casal, que llegó a ese lugar tras las fraudulentas maniobras con las que fue desplazada la procuradora Gils Carbó durante el gobierno macrista, aberración que hasta hoy no ha sido subsanada.

Solo a título ilustrativo, citamos algunas de las irregularidades y violaciones de los derechos constitucionales perpetrados contra Milagro Sala en este proceso, que puntualizan sus defensores:

- El tribunal no permitió testigos que explicaran cómo funcionaba la Tupac y que desarmaran la idea del rol preponderante de Sala en la supuesta asociación ilícita

- El tribunal rechazó un peritaje con ingenieros para ver qué obras se habían completado y cuáles no, lo que es la base de la acusación

- A Milagro Sala la expulsaron durante 60 días de la sala de audiencias. No pudo controlar cuatro testimonios claves en los que se sustentó su acusación

- No se aseguró el libre ingreso al juicio oral y público. Sólo se permitió el ingreso de 16 personas por audiencia

- Los periodistas que ingresaron debieron firmar un convenio de confidencialidad para no difundir lo que sucedía

En Argentina, hoy es un nuevo día de aberración jurídica y de insulto a las libertades de todo un pueblo. Nos lastima que Milagro siga presa, que esta condena oprobiosa vuelva a poner en peligro su integridad. Nos reafirma en la exigencia de justicia y libertad su propia firmeza y la de sus compañerxs por largos añoxs presxs políticos en democracia, contradicción que sabemos estalla el segundo término: ¡Con presxs políticxs no hay democracia! 

No a los negocios del carcelero Gerardo Morales que hace campaña electoral en base a mentiras y violencia sobre la dirigente popular Milagro Sala y las organizaciones sociales que contribuyó a formar. 

¡Libertad a Milagro!