Jueves 17 de octubre de 2013.
A dos días de iniciada la “toma” de la Facultad por parte de un grupo minoritario de estudiantes, la gestión de Filosofía y Letras no ha recibido reclamos puntuales sobre los motivos que llevaron a tan desmedida acción.
A pesar de esto, y visto que el Centro de Estudiantes de Filo se pronunció mediante un volante, se ha decidido retomar los puntos que en ese texto se mencionan a efectos de intentar tender un puente de diálogo con las personas implicadas en la denominada “toma”.
El CEFyL, representación gremial de los estudiantes de la Facultad, reclama la “Democratización de las Juntas de Carrera”. Sobre este particular existen proyectos presentados por parte de graduados, que se encuentran en debate y tratamiento en la Comisión de Interpretación y Reglamento del Consejo Directivo desde mediados de este año. La representación estudiantil por minoría que hoy promueve la “toma” ha dejado de asistir a estas reuniones, situación que ha demorado el avance de la discusión.
Sobre la “Democratización del cogobierno de la UBA. Que la gestión se pronuncie en contra de la elección de Barbieri…”, es necesario destacar que se trata de una exigencia extorsiva e improcedente de una agrupación minoritaria sobre la decisión que corresponde a los representantes legítimos. Este reclamo es a su vez engañoso, puesto que las mayorías del nuevo Consejo Directivo, tanto de graduados como de profesores, están construyendo una alternativa a la candidatura del vicerrector Alberto Barbieri al rectorado de la UBA. Son los representantes estudiantiles quienes deberían aclarar su posición en esa asamblea, ya que un pronunciamiento discursivo no es suficiente para la construcción de una alternativa -existen distintas formas de ser funcionales al poder real dentro de la Universidad.
“No a la CONEAU y a toda intervención de las empresas en la educación pública”. Éste es un reclamo inexplicable, dado que el Consejo Directivo se ha expresado en numerosas ocasiones en contra de acreditar con la actual Ley de Educación Superior. Sería menester que el CEFyL explique cuál es el desacuerdo con lo ya expresado por el Consejo Directivo.
“No al plan de control y vigilancia de la Gestión. Retiro inmediato, patovas y seguridad privada, de las cámaras de vigilancia y el progresivo enrejado de la Facultad”. Son de público conocimiento los distintos episodios que han llevado a la contratación de seguridad, a costo de los fondos propios de la institución. La Facultad es un edificio público por el que circulan miles de personas. Y durante los últimos años se han suscitado casos de robo a mano armada, violencia, intento de abuso, entre otros. Además, todos sabemos que en la “toma” del 2010 ocurrieron eventos gravísimos en términos de seguridad, que han afectado al patrimonio -como, por ejemplo, la desaparición de los cañones instalados en las aulas-, de los cuales los ocupantes del edificio de la calle Puán nunca se han hecho cargo.
No es ocioso recordar que los sectores que hoy toman el edificio de Puán son los mismos que cada viernes ingresan alcohol a la Facultad y promueven “fiestas”, sin ningún tipo de control, poniendo en riesgo el patrimonio público y la integridad física de las personas, como lo demuestran diversos episodios que han requerido la intervención del personal de seguridad de Filo. Estas “fiestas” constituyen, asimismo, un claro gesto de privatización del espacio público. Finalmente, el tema de la seguridad edilicia también es de incumbencia del Consejo Directivo de la Facultad, que ha creado una comisión para el cuidado del edificio de la que participan todos los gremios, incluyendo el CEFyL.
En distintas declaraciones periodísticas, las agrupaciones que hoy paralizan a Filosofía y Letras han expresado vagamente un desacuerdo por la falta de resolución sobre eltema del nuevo edificio y la restitución del sistema de becas de apuntes.
El proyecto de edificio ha sido elevado por la “Comisión del Edificio” -integrada por consejeros directivos, miembros de la gestión, gremial no docente y representantes de las autodenominadas “comisiones de base” del CEFyL- al Consejo Directivo, el cual a su vez lo elevó a consideración del Rectorado de la UBA, por unanimidad. Por lo tanto, el reclamo ya no puede hacerse a la gestión de la Facultad, siendo que ésta ha cumplido paso a paso lo que fue resolviendo dicha comisión. Estamos de acuerdo en que todos los sectores debemos reclamar por el financiamiento de dicho proyecto, pero es claramente otro el ámbito en el que esto debe resolverse. No existe, entonces, ningún desacuerdo sobre el particular.
La “restitución de becas de apuntes” es un tema sobre el que debería expedirse el Consejo Directivo. Sin embargo, cabe aclarar que el nuevo sistema es superador del que existía, ya que pone el dinero directamente en manos de los beneficiarios para que estos lo administren según sus necesidades, a la vez que permite un control de gestión adecuado al manejo de fondos públicos. No debemos olvidar que nuestra institución, en tanto pública, está sujeta permanentemente a auditorías en el manejo de sus recursos.
La denominada “restitución” responde, en todo caso, a la ambición de recuperar el manejo de fondos de forma directa y discrecional por parte del CEFyL. Consideramos que no corresponde que un centro de estudiantes, que ni siquiera posee personería jurídica, maneje fondos públicos.
Respondemos aquellas consignas que aparecen como reclamos, y estamos absolutamente convencidos de que las mismas no son más que meras excusas que no tienen otro objetivo que el de generar un hecho político por parte de los agrupamientos y partidos políticos que impulsan esta medida extrema frente a las próximas elecciones.
Reiteramos, entonces, nuestra demanda de un cese inmediato de la “toma”, e invitamos al Centro de Estudiantes de Filo a dialogar sobre los temas a los que hace referencia, con el fin de retomar la vida institucional a pleno y evitar más perjuicios a los trabajadores y estudiantes de la Facultad.
Gestión de la Facultad de Filosofía y Letras
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